Una de las series más interesantes del 2013 fue “Shotenin Michiru no
Minoue Banashi”, algo que ya se podía intuir teniendo en cuenta la
potencia del reparto, en la que nos encontrábamos a varios actores
que suelen involucrarse en producciones de corte más independiente.
Esta historia entre el thriller y el
drama personal es una muy buena propuesta, tanto para los fans de los
J-dramas, por tener un tono ligeramente distinto, como para aquellos
seguidores de la cultura asiática con reservas a acercarse a una
serie de televisión.
Michiru, una joven que trabaja en una
librería de un pequeño pueblo costero, tiene un romance con uno de
los comerciales de una editorial, a pesar de estar prometida a uno de
los chicos del pueblo.
En un arranque de espontaneidad, se va
en pleno turno de trabajo con el comercial hasta Tokyo, mintiendo
tanto a su familia, con la que no van demasiado bien las cosas, y a
sus compañeras en la librería.
Al comercial, que está casado, no le
hace tanta gracia cuando Michiru se queda algunos días más en la
ciudad, con lo que ella busca refugio en el piso de un viejo amigo
del pueblo que ahora reside en la capital.
Allí se da cuenta que uno de los
boletos de lotería que compró para sus compañeras de trabajo es el
premiado con el premio gordo: 200 millones de yens.
Con una ambientación y un ritmo en la
historia algo diferente a lo que las series japonesas nos tienen
acostumbrados, más oscura, cercana seguramente a lo que suele hacer
la cadena de pago Wowow, esta historia de la chica de la librería es
toda una rara avis en el panorama televisivo.
Formada por apenas 10 episodios de 25
minutos de duración cada uno, no hay demasiado tiempo para perder,
con lo que la trama de la serie, basada en una novela, está
absolutamente condensada, quizás incluso en exceso pagándolo en su
parte final.
Seguramente lo más interesante de esta
serie no sea el personaje protagonista, Michiru deambula perdida
dejándose (mal)aconsejar por la gente que la rodea, sino
precisamente ese entorno un tanto malsano con el que se va
encontrando. La protagonista entra en una espiral en la que la
mentira lleva a la culpabilidad, y en la que, cuando hay que tomar
responsabilidades, el destino la lleva a una espiral de incidentes en
los que llegarán incluso asesinatos.
Los acontecimientos se suceden uno
detrás de otro, como una cadenas de fichas de dominó que van
cayendo una tras otra, algo a lo que la protagonista no sabe poner
remedio. Ni siquiera cuando se da cuenta de que le ha tocado el
dinero -un elemento que es utilizado como un recurso en la historia
más que como un elemento central- es capaz de asentar las cosas y
acabar con su enorme cadena de mentiras.
Erika Toda (Liar Game), que interpreta
a Michiru, es seguramente el eslabón más débil del reparto,
algo que paga su personaje, y aunque su
apariencia frágil encaja perfectamente, queda corta de recursos para
llegar a despertar en el espectador algo más allá de sus líneas de
diálogo.
En el excelente grupo de su entorno nos
encontramos con un Kengo Kora (Marks no Yama) totalmente en su salsa,
interpretando a uno de esos personajes inquietantes que tan bien le
quedan, Hirofumi Arai (Blue Spring) como el comercial caradura,
Sakura Ando (Love Exposure) como la amiga del pueblo y su marido en
la vida real, Takusu Emoto (The Lightning tree), como el prometido de
Michiru.
Muy buena también la presencia
inquietante de Saki Terashima (Monochrome girl) como una amiga del
personaje de Kengo Kora. Además, en el último episodio nos
encontramos con otro gran actor como el personaje que nos explica la
historia desde la voz en off, el futuro marido de la protagonista.
Hay que destacar el trabajo de su
directora, Naoe Gozu, que consigue meternos en la historia desde el
primer episodio, y realmente no baja el nivel en ninguno de sus 10
episodios. Con apenas 25 minutos por capítulo, evoluciona con muy
buen ritmo tanto la historia como la personalidad de los personajes,
en un descenso absoluto hasta lo peor del ser humano.
Sin ser una serie imprescindible, si
que es un trabajo muy recomendable, especialmente para aquellos
seguidores con más reticencias hacia los J-dramas.
7 de 10
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