El 2024 ha acabado y ha dado mucho de sí en cuanto a kdramas y series asiáticas en plataformas occidentales. He aquí los puntos más importantes, a mi parecer, de lo que ha sido este año en cuanto a series surcoreanas, aunque también hablaré un poco de jdramas.
LAS MUJERES SON GUERRERAS
Si el 2023 fue un gran año para las actrices surcoreanas, y
nos dio un buen número de personajes femeninos complejos y poderosos, en este
2024 las mujeres han pasado a la acción. Son las villanas de la función como Go Min Si, que interpreta a una psicópata
en The Frog, o Park So Dam siendo una juguetona muerte en Death Game.
Son personajes grises, como la sociópata coprotagonista de The Doubt, dándole a la vida la joven
actriz Chae Won Bin, o Jeon So Nee que
se transforma en un parásito alienígena en Parasyte:
The Grey.
Son violentas, como Jo
Yoon Soo en Tyrant, una asesina a sueldo sin piedad, o Kim Hye Joon la dueña a la fuerza de la tienda de armas de The Killer Shop.
Son vengativas, manipuladoras y no tienen piedad, como Jeon Jong Seo en el violento saeguk Queen Woo, o Kim Nam Joo en el retorcido makjang Wonderful
World
Son las heroínas como Kim
Hyun-Joo en la segunda temporada de Hellbound,
donde vuelve a luchar con monstruos humanos y demoniacos, o Lee Honey como la justiciera
encapuchada del saeguk fusion Knight
Flower.
No tienen que ser salvadas por su compañero de reparto,
ellas no son las frágiles compañeras como Kwak
Sun Young en Crash, protagonista absoluta de todas las escenas de acción, o
Lee Honey y BIBI en The Fiery Priest que
reparten de igual manera que su coprotagonista masculino.
Yeon Sang-ho NO PARA
Ya sea produciendo, dirigiendo o guionizando.
El director de Train
To Busan, ha estrenado tres series este 2024. La segunda temporada de Hellbound, que sigue igual de
inquietante y molona que la primera parte; el entretenido thriller The Bequeathed, y la excelente Parasyte: The Grey, una serie que se consigue
englobar dentro del universo de Parasyte, un manga, un anime, un film japonés,
añadiendo las inquietudes de la sociedad surcoreana dentro de ese submundo,
pero manteniendo el espíritu del original, incluso dando pie a su extensión en
el material original.
Como ya he comentado en años anteriores, Yeon Sang-ho no es el único cineasta
que se ha pasado del cine a la pequeña pantalla, aunque si es quien la está
explotando más. Atraídos por los mayores presupuestos de las plataformas
occidentales, por experimentar otros medios, por placer, o por tener un
proyecto propio que encaja más con el medio televisivo, muchos directores
surcoreanos se han pasado al formato episodiaco. Véase Shin Yeon Shick que con Uncle
Samsik de Disney se ha estrenado en el medio; Lee Byeong Heon que está compaginando cine y televisión y este año
ha estrenado la absurda e inclasificable serie de Netflix, Chicken Nugget; Hwang Dong Hyuk que tenía que volver con la segunda
temporada tras el pelotazo de Squid
Game; Park Hoon Jung traslado este año el universo cinematográfico de su
serie de películas The Witch, a la
pequeña pantaya con el kdrama Tyrant; Choi Kook-hee
también debuta en televisión con No Way
Out: The Roulette; y Park Chan-wook vuelve a occidente con la serie para la
HBO, El Simpatizante.
Muchas veces decimos que no importa lo que se cuenta, sino
como se cuenta.
Que se puede trasladar a cómo se dirige o a cómo se
caracteriza. Y es que hay otras veces que estamos ante material muy manido, con
una estructura muy clásica, que no destaca en nada, salvo por sus actores o por
su director.
Este año ha habido unas cuantas series coreanas de este
perfil.
Love Your Enemy,
con una excelente pareja protagonista, Ju
Ji Hoon y Jung Yu Mi, que desprenden talento y carisma por todos los
costados. El dramón romántico Tell Me
That You Love Me con un Jung Woo
Sung que enamora. Los thrillers Black
Out y No Way Out: The Roulette, con un sufridor Byun Yo Han y un intenso Jo
Jin Woong, respectivamente. O Jeongnyeon:
The Star Is Born, cuya temática es fascinante y su reparto femenino es
impresionante, pero su estructura y desarrollo es de lo más convencional y desaplacible.
LOS KDRAMAS SIGUEN CONSOLIDANDOSE EN LAS PLATAFORMAS OCCIDENTALES.
Entre las 10 series más vistas de este 2024 de la plataforma
de Amazon Prime está el kdrama Marry My
Husband, El Juego del Calamar 2 ha vuelto a romper records, y en Netflix
cada dos por tres había un kdrama dentro de lo más visto, del TOP TEN, Queen of tears, Hellbount, Love Next
Door,…
Así pues “la moda” de los kdramas no pasa, estamos en una
época dorada, de esplendor, vivimos un dulce sueño y del que parece que no
vayamos a despertar pronto.
PERO LOS KDRAMAS
SIGUEN SIENDO Y SON SURCOREANOS.
La búsqueda de polémica en cualquier situación nunca falta,
y los kdramas no se están occidentalizando, ni Netflix tiene la culpa de todo.
Un año donde se han emitido chifladuras 100% coreanas como Chicken Nugget, Crash, Knight Flower, o The
Fiery Priest. Donde los makjang pasados de vueltas no sobran, Wonderful World, The Escape of the Seven,
Hide, Red Swan,… O series como My
Sweet Mobster y su protagonista, Uhm
Tae Goo, se convierten en fenómeno cultural y social. Incluso se ha
estrenado el remake televisivo de la exitosa película Miss Granny. El juego del calamar tiene una historia y fondo 100%
coreano.
Vamos, que no tiene sentido la tontería de que “se hacen
varias temporadas”, ya que la OCN lo hacía desde su inicio (incluso este año se
ha hecho el remake de la longeva y clásica Chief Inspector), y siempre ha
habido series que se dejaban con final abierto, y nunca veíamos segunda
temporada, como por ejemplo la serie makjang del 2009, Story of a Man o el thriller de ciencia ficción Circle de 2017.
Tampoco se puede decir que hay menos episodios en cada
serie, que o duran menos de una hora, porque la misma OCN así como las
plataformas propias coreanas ya han hecho series con menos episodios de lo
habitual, e incluso estas hacían episodios de duración más corta, ya fueran de
45 o 30 minutos.
Lo que ha cambiado es la televisión, la sociedad y el
espectador nacional, porque los kdramas se hacen por y para los coreanos, y si
llega al espectador foráneo, mejor para ellos. Su forma de consumir series, sus
gustos y preferencias cambian, como sucedió cuando llegaron los canales privados
y los canales de pago, y ahora las plataformas nacionales y occidentales. Algo
que ya expliqué en el artículo dedicado a los saeguks, es que la televisión de
Corea del Sur va a la par con este género, así como de la historia, la política
y sociedad del país.
LOS JDRAMAS LLEGAN A NETFLIX
Este 2024 ha sido el año de los jdramas en Netflix. Aunque
ya se empezó a ver en el 2023, este año ha sido brutal, la llegada de jdramas a
la plataforma. Y es que han tardado en despertarse las cadenas japonesas
(aunque solo han sido dos cadenas, la TBS y la Fuji TV), pero cuando lo han
hecho, lo han hecho a lo grande. No solo han llegado series actuales, de este
año, sino clásicos imprescindible como Rookies,
Jin y un largo etc.
Y lo mejor de todo es que este 2025 parece que sigue igual,
y a principio de año ya tenemos estrenos de series míticas como Galileo, Kurosagi o Bayside Shakedown.
Aún les falta mucho para alcanzar los números de estrenos de
las series asiáticas, en cuanto a estrenos de novedades y de producciones
propias de Netflix, pero tienen un input que no tienen los kdramas que nos
llegan, y es que entre sus títulos nos han llegado clásicos y jdramas de años
pasados.
El éxito, el visionado por el espectador medio de estas
series clásicas y de los estrenos actuales japoneses, no se encuentran entre
los más vistos, no suelen entrar en el TOP TEN, diario, semanal o mensual. Pero,
quién sabe cuál puede ser la nueva Alice
in Borderland o, aunque coproducción japonesa-estadounidense y de Disney,
la nueva Shogun, una de las series
más galardonadas de este año.