Aunque en Corea se denomina con el término sageuk a dramas históricos tanto en forma de películas y series de televisión como de obras de teatro y demás, nosotros nos vamos a referir con este término a series de televisión, a Kdramas que centran su historia en figuras históricas, que incorporen eventos históricos o utilice un telón de fondo histórico, series que tienen lugar a lo largo de la historia de Corea anterior al siglo XX, ya que posteriormente estaríamos hablando de shidaegeuk, dramas de época de un pasado mas reciente.
En todo momento el cine y la televisión de Corea del Sur van
a la par, así como de la historia, la política y sociedad del país. Mientras
que entre los años 50 a los 80 en el cine los melodramas históricos fueron
significativos y gozaron de grandes éxitos, en 1962 se emitió el primer sageuk
televisivo en el canal estatal KBS. Titulado A Far Away Land (Gukto Malli, KBS, 1962) y dirigida por Kim
Jae-hyeng, estaría ambientada en la era Goguryeo y se centraba en la figura
histórica del príncipe Hodong y la princesa Nangrang. Recordemos que ese mismo
año fue cuando se emitió la primera serie de televisión en Corea, Backstreet of Seoul. un año después de
la creación de la KOREAN BROADCASTING SYSTEM (KBS),
A medida que aumentaron los aparatos de televisión entre la
población en la década de los 70, la TV, y por tanto los kdramas, empiezan a
devorar a los espectadores de las salas del cine, que se vería desplazado a
segundo puesto en popularidad del entretenimiento familiar. Esto fue debido
también al levantamiento en 1969 de la
prohibición de la obtención de ingresos por publicidad, una fuente de ingresos
que se tradujo en mayor inversión y esfuerzos en producir y promover los
kdramas.
Como la demanda de series (y episodios) de televisión era
mayor, se empezaron a producir series sageuk que mezclaban leyendas con
realidad, ya que no se precisaba tanta documentación y precisión en los hechos
históricos. Esto aligeraba el trabajo de los guionistas, que ya no necesitaban
hacer una investigación concienzuda de escritos históricos.
Pero al igual que en el cine, las políticas del régimen
dictatorial de Park Chung-hee también afectaron a la pequeña pantalla, con más
censura, imponiendo controles más estrictos en los contenidos. Por ello
empezaron a producirse cada vez más series históricas, comenzando a dramatizar
la historia de héroes y reyes nacionales, reales y ficticios; y es que, todo
hay que decirlo, una serie histórica era más fácil que pasara la censura (algo
que a día de hoy aún se aplica).
En la década de los 80 la televisión coreana vio otro nuevo cambio, el color. La televisión en color llegaría al país y al domicilio de los surcoreanos, y mientras el género sageuk casi desapareció por completo en el cine (por mucho que intentaron “animar” el género haciendo sageuk erótico), seguiría aumentando en la pequeña pantalla. La serie más importante de estos años fue The 500 Years of Joseon Dynasty (Joseonwangjo 500 nyeon, MBC, 1983-1990) emitida durante ocho años seguidos, y con 11 temporadas independientes que sumarían más de 800 episodios en total. Esta serie, dirigida por Lee Byung-hoo, un experto de los sageuk que también dirigió uno de los grandes kdramas de la historia, La Joya en el Palacio (A Jewel in the Palace, Dae Jang Geum, MBC, 2003), representa la historia del periodo Joseon, con cada temporada dedicada a un Rey, época o hecho histórico.
Durante esta década de los 80 la propiedad de las frecuencias dejó de ser competencia exclusiva del Estado, lo que permitió la creación de canales de radio y televisión desde empresas privadas, como la SBS, el primer canal privado de Corea del Sur. Y como suele suceder, al aumentar la competencia, aumentaría la cantidad y calidad de las series, propiciando la creación de más kdramas sageuk.
En la década de los 90 la televisión vivió un boom, en
especial las series de televisión, pero los gustos de los espectadores se
decantaron por los kdramas contemporáneos, más cercanos, atractivos y modernos
que los kdramas de época, especialmente para los más jóvenes. La apertura
democrática el país tras el final de la segunda dictadura, y el ánimo general
de la población podría ser un factor principal de ello.
Así pues esta década, que se puede considerarse dorada para la televisión coreana, no lo fue tanto para las series históricas. En estos años en los que hubo más competencia entre las cadenas de televisión y se relajaron las regulaciones gubernamentales y la censura gracias a la llegada de la democracia, estuvo dominada por kdramas contemporáneos en cuanto a popularidad y audiencia. A pesar que se emitieron diversos sageuk de gran calidad que han quedado en la historia televisiva, como Han Myeong-hui (KBS, 1994), Jang Nok-su (KBS, 1995), o Tears of the Dragon (Yong-ui nunmul, KBS, 1996-1998), no acompañaban los índices de audiencia.
En el cambio del milenio la situación continuaría igual. Si
antes los coreanos siempre habían sido fieles seguidores de los dramas de
sageuk, las nuevas generaciones no se adentraban en estos, y preferían las
series contemporáneas.
Los sageuk solían ser más complejos y difíciles de seguir
por sus datos históricos y tocar temas de conflictos e intrigas políticas
dentro de la corte real o durante los conflictos bélicos. Tenían un lenguaje
arcaico, el ritmo era monótono, la dirección y fotografía plana y oscura,
incluso el vestuario era de color apagado, y ante todo, principalmente estaban
protagonizados por actores mayores, por lo tanto menos atractivos para las
generaciones más jóvenes.
Pero todo cambió con el estreno de The Legendary Doctor Hur Jun (Hur Jun, MBC, 1999) en el 1999, y con el director y productor Lee Byung-hoo. A él se le atribuye la renovación del género: tras escuchar a su hija decir que los sageuk eran aburridos, decidió hacer sus dramas atractivos para jóvenes y adultos. Se fijó en los jdramas, en sus series históricas, que eran muy populares en los 90 en Japón, con grandes ratings, gustando tanto a jóvenes como a adultos, añadiendo además un sentimiento patriótico. Quiso conseguir que en Corea del Sur, también fueran vistos por todos, incluso su hija que era contraria a que su padre hiciera sageuks.
A Lee Byung-hoo se
le atribuye pues la renovación de la industria del sageuk en Corea del Sur.
Como muchos jovenes de la época, Lee había comenzado a trabajar en televisión
por “accidente”: se presentó a unas pruebas porque lo hizo un amigo. Comenzó en
la cadena MBC en 1970, realizando diversos trabajos, entre ellos el de asistente
de director, llegando a debutar en 1974 como director. Tras trabajar en varios
kdramas y documentales sobre personajes históricos, le llegó el turno a la
longeva serie 500 Years of Joseon,
de la que ya he hablado anteriormente.
Con esta ya hizo cambios significativos al género, pasando de
crónicas monótonas (series que parecían docuficcion) a interpretaciones de
registros fidedignos, aunque fue con Hur
Jun cuando lo revolucionó. Primero de todo, centrando la historia, por
primera vez, en una “plebeya”; “alegró” el vestuario, pasando de los tonos
oscuros y deprimentes a más claros y pastel (aun hoy se mantienen igual), que
iban cambiando a lo largo de la historia dependiendo de la época, y de la
estación del año en que se desarrollaba.
La música fue otro cambio significativo que hizo,
actualizando las bandas sonoras a gustos más actuales, de clásicas o new age.
También cambió la manera de dirigir, la iluminación y fotografía, la edición… dio más colorido, brillantez y luz a la
fotografía y escenografía, optando también por una edición y ritmo más ágil.
Además, acortaría el número de episodios de la serie, con menos de los
habituales, que solían rondar un centenar.
Y ante todo, optó por un escritor nuevo en el género, Choi
Wan-gyu, que venía de kdramas contemporáneos y actuales como la serie medica General Hospital (MBC, 1994). Lee Byung-hoo quería una visión fresca
y más moderna, así que le pidió que escribiera el guion en lenguaje coloquial y
actual. Le encomendó un guion “moderno”, apasionante y rápido en ritmo. Choi
seria un guionista al que exprimió al máximo, trabajando con él en diversas
ocasiones, haciéndole reescribir los
guiones una y otra vez, hasta quedar satisfecho. Curiosamente el mismo Choi
volvería posteriormente a los sageuk por si mismo con míticas series como Jumong (MBC, 2006-2007), realizando en 2013
otro kdrama sobre la figura de Hur Jun,
el legendario medico de la epoca Joseon, al que se le considera una de las figuras
más representativas de la medicina oriental.
La nueva visión de Lee Byung-hoo funciono a la perfección cuando su Hur Jun tuvo una audiencia de más de un 60%, siendo aún uno de los kdramas más exitosos de toda la historia. Desde entonces es uno de los directores más conocidos y reconocidos del país, y por primera vez en sus 30 años en el negocio, comenzaron a pararle por la calle para pedirle su autógrafo.
Después de este kdrama le siguieron otras series que han
marcado la historia de los kdramas, tanto del genero sageuk como en general,
como The Merchant of Joseon (Sangdo,
MBC, 2001), Jewel in the Crown (Dong
Yi, MBC, 2010), Horse Doctor (Maui,
MBC, 2013) o The Flower in Prison (Okjunghwa,
MBC, 2016), su ultimo kdrama, una serie del 2016 sobre una joven que creció
en la prisión conviertiéndose en una especie de abogada.
Aunque todas estas series han ayudado a evolucionar el
género, ninguna ha sido tan mítica como el kdrama de 2003, La Joya en el Palacio (Jewel in
the Palace, Dae Jang Geum, MBC,
2003) que fue todo un hito local e internacional para convertirse en una
gran parte de la llamada “Ola Coreana”, el Hallyu. Basada en una historia
verdadera se centra en una mujer quien se convirtió en la primera mujer en ser
el Médico Personal del Rey. A pesar de ser una mujer de clase baja supera todos
los obstáculos y consigue llegar a ser
la Cocinera Real, para luego convertirse en Médico Real.
También en el 2003 los sageuk darían un cambio aún más significativo, naciendo un nuevo subgénero, el “Fusion Sageuk”, que fue conquistando a los telespectadores más jóvenes, pero además infiltrándose en el cine, conquistando las taquillas.
Damo: The Legendary Police Woman (Damo, MBC, 2003) es considerado por muchos el primer kdrama denominado oficialmente “Fusion Sageuk”, así como ser la primera serie en emitirse en alta definición en Corea. Otros dicen que fueron los trabajos de Lee Byung-hoo (y en especial La Joya en el Palacio) y sus intentos de transformar y revitalizar el género, lo que dio a darse esta denominación a ciertos sageuks. Al fin y al cabo, ambas se emitían al mismo tiempo.
En mi opinión es Damo
la que está más acorde con el futuro del género “Fusion Sageuk”. Aunque Lee
Byung-hoo modernizó el género, sus kdramas se basan en historia y personajes
reales, por lo que hasta cierto punto tenía que ser fidedigno con los hechos,
aunque al optar por personajes plebeyos, de quienes hay menos información en
los libros de historia, de tratarse de personajes reales, podía ser más
creativo y tomarse más licencias. Quizá el director y productor más importante
dentro de la industria de los sageuk, podría decirse que creo los llamados
“Faction Saeguk”, que es una combinación entre real y ficción.
Damo, narraba una
historia ficticia sobre el trágico amor de una mujer policía y un asesino/revolucionario al que debe detener. Ambientada en un tiempo histórico
real, en Joseon, la serie posee un lenguaje y situaciones modernas, escenarios
elaborados, una gran creatividad y acción llena de acrobacias marciales.
Mientras que los dramas Sageuk son dramas de época con
antecedentes históricos, los personajes usan un lenguaje estilizado y
expresiones arcaicas, y la mayoría de las historias representan eventos
históricos reales o la vida de grandes hombres en la historia, como reyes o
generales, y desarrollaban conflictos políticos e intrigas dentro de la corte
real o durante la guerra, los “Fusion Sageuk” daban un nuevo toque a las series
históricas, un toque moderno alejado de los libros de texto de historia, y más
cercano a nuevos lenguajes, como los comics y las novelas contemporaneas. Los
jóvenes espectadores podian relacionarse mas fácilmente con una historia más
fresca y actual a pesar de tener un telón de fondo histórico, creando una
mezcla de lo antiguo y lo nuevo. Además, los personajes principales pasaban a
ser interpretados por actores más jovenes (aunque no tan jovenes como en los
Fusion Sageuk de estos ultimos años).
Damo fue
especialmente un gran éxito entre la generación más joven, y después de su
emisión se produjeron más “Fusion Sageuk” con temas más amplios con toques de
romance, acción, fantasía y similares.
Poco después, las principales estaciones de transmisión comenzaron a
invertir mucho más en la creación de este subgénero, apareciendo series como Bichunmoo (SBS, 2008), Iljimae The Phantom Thief (Iljimae, SBS, 2008), Emperor of the Sea (Haeshin,
KBS, 2004) o Legend (MBC, 2007),
la serie más cara en aquella época, y el primer drama histórico que se rodó
completamente antes de su estreno. Recordemos que los kdramas en su mayoría se
ruedan al mismo tiempo que se emiten, con solo unas semanas de adelanto
respecto de su producción a su emisión, para entre otras cosas, poder cambiar a
gusto del espectador, el curso de la historia como de los personajes. Algo que
aún se sigue haciendo, aunque en menor medida, tanto por la entrada en la
ecuación de las plataformas online, como las condiciones más favorables (y
menos explotables) de producción).
Durante esta época los sageuk y fusion sageuk convivian en la parrilla televisiva, y surgieron grandes series como la mencionada Jumong (MBC, 2006), The Inmortal Yi Sun-shin (Bulmyeolui Yi Sun Shin, KBS, 2005-2006), o Kingdom of the Wind (Baram-eui Nara, KBS, 2008-2009).
El primer boom internacional de los kdramas fue durante esta
época. El llamado hallyu estalló en especial gracias al kdrama Winter Sonata (KBS, 2002) y el
fenómeno que se convirtió esta serie en Japón. Los kdramas empezaron a ser
habituales dentro de la programación televisiva japonesa y china, y más
adelante en el resto de Asia gracias al escaparate de estos países, y al
asequible precio de los kdramas comparado al dominante en exportación hasta ese
momento, Japón, siendo infinitamente más baratos. Este éxito, que provocó
ganancias por la venta de los derechos al exterior, junto a otra serie de
circunstancias como el propio boom nacional, el avance tecnológico de la época,
el aumento de las subvenciones gubernamentales, las cada vez menores
restricciones publicitarias con el “product placement” en cabeza, y por tanto
la aparición del “product placement”, haría que aumentara el presupuesto de los
kdramas. Algo que, en cierta medida, no acabó de reflejarse en los sageuks, ya
que es imposible introducir ese “PPL” y son más difíciles de exportar
exteriormente, al centrarse en temas y personajes históricos a priori menos
atractivos para el espectador internacional. Tampoco era un género habitual de
grandes estrellas, y las condiciones de producción de estas series eran
extremas, rodando horas y horas seguidas, llegando al extremo de no dormir sus
responsables; el rodaje total duraba casi un año, frecuentemente en exteriores
con frio, nieve, lluvia o calor extremo…
Con la llegada de las nuevas tecnologías, llegaron también
los canales de cable, revolucionando de nuevo la televisión surcoreana, con
nuevos canales como la tvN, JTBC y OCN, entre tantos. Canales que se orientaban
a un público más joven más abierto y que buscaba otro tipo de entretenimiento.
La propia tvN se autodefine como un canal fresco, diferente, emocionante y
divertido. Estas cadenas, se han convertido en todo en un referente dentro de
las series surcoreanas, y con ellas saltó un nuevo boom dentro de los kdramas,
nacional e internacionalmente. Esta vez el fenómeno no explotaría solamente en
Asia, sino en todo el mundo con series como Goblin (tvN, 2016-2017), Crash Landing on You (tvN, 2019), Itaewon
Class (JTBC, 2020), The Uncanny
Counter (OCN, 2020), y muchas más.
De nuevo mayor competividad, mayor salto cualitativo, mayor
variedad, mayor cantidad, mayor presupuesto, mayores inversiones,… Y de nuevo
los sageuks no evolucionan de tal manera. Estas cadenas jóvenes no apuestan por
el género salvo excepciones, ya que su política y sus maneras, no están en
sintonía. A lo anteriormente mencionado (menor interés por lo jóvenes y
atracción por el público internacional) se le suma la reducción de episodios de
las series. Estos canales apostaban por los 16 episodios, en ocasiones menos
(la OCN incluso 10 o 12), pocos para desarrollar las grandes sagas históricas de
antaño de 50 episodios o hasta los 100 de los orígenes televisivos, por mucho
que en el 2000 se hubieran estandarizado los 24 y 30 episodios, reduciendo
habitualmente el número de episodios dedicados al desarrollo de los personajes
en su edad joven (una estructura clásica en el género).
A pesar de todo ello, y aunque siguen dominando la parrilla televisiva las series contemporáneas, en la década de 2010 tambiénse estrenarían importantes series del género histórico, estableciéndose como predominante el “fusión sageuk”, con series como Moon Embracing the Sun (Haereul Poomeun Dal, MBC, 2012), Sungkyunkwan Scandal (KBS, 2010), The Slave Hunters (Chuno, KBS, 2010), o Moon Lovers: Scarlet Heart Ryeo (Dalui Yeonin - Bobogyungsim Ryeo, SBS, 2016), Live Up to Your Name (Myeongbulheojeon, tvN, 2017), y Mr Queen (cheolinwanghoo, tvN, 2020), estas últimas como si fuera un isekai, con viajes en el tiempo incluidos. Hasta tal punto ha llegado la situación, que podríamos decir que el sageuk tradicional esta en peligro de extincion en la televisión coreana, aunque algo menos en su cine. En los ultimos años es dificil encontrarlos en la parrilla televisiva.
En estos ultimos años me gustaría destacar una pareja de guionistas, Kim Young-Hyun y Park Sang-Yeon, el tándem responsable de los últimos mejores y más exitosos kdramas de época, Six Flying Dragons (Yookryongi Nareusha, SBS, 2015-2016), Tree With Deep Roots (Bburigipeun Namu, SBS, 2011) y The Great Queen Seondeok (Seondeok Yeo Wang, MBC, 2009), la llamada, trilogía de Joseon. Sin duda son de los guionistas que más han aportado en los ultimos al genero sageuk y fusion sageuk (aunque hay otros guionistas destacables del genero como por ejemplo, Hwang Jin Young responsable de Rebel: Thief Who Stole the People (Yeokjuk: Baeksungeul Hoomchin Dojuk, MBC, 2017) o la reciente My Dearest (Yeonin, MBC, 2023))
El dúo está
formado por la veterana guionista Kim Young-Hyun, encargada de entre otros del
legendario kdrama La Joya en el Palacio,
y por el escritor y guionista Park Sang-Yeon, autor del libro en que se basa la
película de culto de Park Chan-Wook, JSA
(2000), y de series como Royal Family
(MBC, 2011).
En los últimos
años se han enfrascado en un ambicioso proyecto para Netflix, la serie Arthdal Chronicles (Aseudal, Netflix, 2019),
dividida en tres partes, y con una segunda temporada a estrenarse este año 2023.
Esta es una de las pocas series coreanas ambientada en un mundo de fantasía,
con un gran presupuesto y nombres como Jang Dong Gun y Song Joong Ki como
protagonistas.
Su estilo es
crear trepidantes y emocionantes series, con momentos de acción muy molona,
protagonizadas por personajes heróicos e ideales, motivadores. Personajes
históricos o no, con personalidad propia y mucho carisma. Pero también
personajes que se convierten en héroes porque no tienen otra opción. Los
villanos también son “héroes” al mostrar sus convicciones, creen que lo que
hacen no solo es lo correcto, sino que es para el bien. Y quizá tengan sus
razones y puedan parecer correctas, por lo que los espectadores podemos
empatizar con ellos, a pesar de sus actos.
Con la llegada de las plataformas internacionales ha habido el último boom de los kdramas, llegando en su esplendor gracias al fenómeno mundial que fue la serie de Netflix, Squid Game (2021). Incluso han cambiado las leyes en Corea (les han bajado los impuesto) para que las plataformas locales puedan competir con la creciente competencia global. Kocca (The Korea Creative Content Agency) ha ampliado financiación de kdramas para servicio de OTT.
Las plataformas
han vuelto a ayudar a la evolución de los kdramas, ya no solo en los apartados
técnicos, económicos y temáticos, sino que además pueden eludir la censura
televisiva con una mayor libertad. En un principio el contenido de kdramas de
estas plataformas era en un 99% repeticiones y subidas de los kdramas que se
emitían en los canales televisivos, unos días después; luego pasarían a unas
horas después, hasta llegar a la emisión simultánea incluso, además de tener en
su catálogo series emitiditas anteriormente en los canales públicos. Tenían muy
poca producción propia y cuando lo hacían eran para producir series cortas, de
pocos episodios y poca duración, y destinadas a un público joven. Series
protagonizadas por actores inexpertos y idols, con menos presupuesto y por
tanto peor producción (y mayoritariamente calidad).
Pero en los dos últimos años se han puesto las pilas, y están creando contenido propio, aunque otra vez sin tener en mente el sageuk, quedándose en cero en absoluto en algunas de ellas y casi cero en el resto, manteniéndose siempre en la producción de “fusion sageuk” de carácter romántico. Si se puede considerar con esta denominación ni siquiera, la serie más destacable en calidad y éxito sería Kingdom (Netflix, 2019), una espectacular serie sobre zombis en la época Joseon.
Así pues,
aunque el futuro de los kdramas es espléndido, no lo es tanto en el sageuk, y
aún menos en su vertiente más tradicional, los denominados “authentic sageuk”.
Me ha encantado el artículo, qué currada, amiga. Eres una crack 💜
ResponderEliminarMaravilla!
ResponderEliminarMuy muy interesante, gracias.
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