Las series japonesas del horario de medianoche forman un microclima muy particular, dando cabida a propuestas de tono diferente a la programacion de prime time. Ya sea por el formato de 30 minutos que las hacen producciones menos arriesgadas, o por que a esas horas hay un poco de manga ancha, lo cierto es que aparecen series de contenido más al límite de lo habitual.
El caso de "Himitsu Chouhouin Erika " quizás no sea tanto de la trama en si, ya que es la historia de una espia reconvertida en ama de casa que vuelve a ejercer como investigadora, en lo que podríamos llamar una especie de cruce entre “Los angeles de Charlie” y “Nikita”, pero si en algunos detalles y sobretodo el tono de algunas de los casos a los que se enfrenta. El reclamo principal de la serie es por supuesto ver a Chiaki Kuriyama repartiendo estopa en las abundantes escenas de acción, así como ver de que se tendrá que caracterizar en cada episodio en su doble rol de espía de dia, ama de casa de noche. El resultado es una serie de trece episodios muy entretenida, que suple el ser una propuesta tan típica tocando temas un poco más controvertidos de lo normal, y con una buena mezcla de policiaco, comedia y acción. Y Chiaki.
Esta es de ese tipo de series en que cada episodio repite su esquema; el personaje de Chiaki recibe una llamada, va a la oficina, conoce el caso, se disfraza, encuentran al malo, se pelean y fin, todo eso intentando que su marido no se entere de su nueva ocupación, y que su hijastro (que para tener cuatro o cinco años a veces tira con bala en sus comentarios) la empiece a tomar como su nueva madre.
Pero funciona, principalmente por el carisma de Chiaki a la que vemos en un doble papel divertido; se hace raro verla como una amable ama de casa, y no tan raro verla repartiendo patadas como si fuera Jeeja Yanin.
Ella es la serie, y está en pantalla durante casi todos los minutos, con el aliciente de verla disfrazada cada semana de algo diferente para sus investigaciones, algunas de ellas muy cerca de la cultura popular actual, ya sea de empleada de un maid cafe, de host, o de profesiones más normales como azafata o mujer de negocios.
Por suerte hay algunos puntos más que hacen de la serie algo particular, como por ejemplo que se traten algunos temas en los casos algo más llevados al límite de lo normal, la mayoría además desde el punto de vista femenino ya que los personajes que necesitan ayuda son en casi todos los episodios mujeres que sufren acoso de uno u otro tipo, sexual, familiar o financiero.
Entre caso y caso, y según pasan los episodios, se fragua además una trama más larga en la que Erika comienza a sospechar que su jefe, el hombre que la adiestró como agente en su día y que ahora la ha recuperado para su agencia de detectives, parece esconder en realidad un secreto, algo que seguirá hasta los dos últimos episodios. Si a esto le añadimos la trama familiar, en que Erika engaña a su marido (que la verdad, no parece ser de las bombillas que más alumbran del vecindario) y su hijo que no acaba de aceptar a su nueva mamá, no es que sean unas tramas muy originales, pero todo añade a darle más consistencia a la serie, que para durar 25 minutos por episodio es capaz de condensarlo todo bien y ofrecer bastante.
El reparto que acompaña a Chiaki en la serie no pasará a la historia desde luego, aunque si que hay que resaltar la presencia de Tetta Sugimoto como su jefe Souichi Tozuka. Hay tres personajes fijos más, como son el informático Takuya Ite, el marido de Erika interpretado por Toshihide Tonesaku y por supuesto el niño Junya Taniai que normalmente dice cosas que parecen salir de la boca de un adulto en lugar de la de un niño.
Es una serie corta y muy ligera, y los episodios pasan realmente volando, el ritmo es alto para condensar las dos tramas habituales junto a la presentación y resolución del caso de la semana, así que no hay tiempo que perder. Con la presencia de la actriz, me parece una serie muy recomendable y entretenida, a pesar de ser extremadamente predecible desde el primer minuto.
El caso de "Himitsu Chouhouin Erika " quizás no sea tanto de la trama en si, ya que es la historia de una espia reconvertida en ama de casa que vuelve a ejercer como investigadora, en lo que podríamos llamar una especie de cruce entre “Los angeles de Charlie” y “Nikita”, pero si en algunos detalles y sobretodo el tono de algunas de los casos a los que se enfrenta. El reclamo principal de la serie es por supuesto ver a Chiaki Kuriyama repartiendo estopa en las abundantes escenas de acción, así como ver de que se tendrá que caracterizar en cada episodio en su doble rol de espía de dia, ama de casa de noche. El resultado es una serie de trece episodios muy entretenida, que suple el ser una propuesta tan típica tocando temas un poco más controvertidos de lo normal, y con una buena mezcla de policiaco, comedia y acción. Y Chiaki.
Esta es de ese tipo de series en que cada episodio repite su esquema; el personaje de Chiaki recibe una llamada, va a la oficina, conoce el caso, se disfraza, encuentran al malo, se pelean y fin, todo eso intentando que su marido no se entere de su nueva ocupación, y que su hijastro (que para tener cuatro o cinco años a veces tira con bala en sus comentarios) la empiece a tomar como su nueva madre.
Pero funciona, principalmente por el carisma de Chiaki a la que vemos en un doble papel divertido; se hace raro verla como una amable ama de casa, y no tan raro verla repartiendo patadas como si fuera Jeeja Yanin.
Ella es la serie, y está en pantalla durante casi todos los minutos, con el aliciente de verla disfrazada cada semana de algo diferente para sus investigaciones, algunas de ellas muy cerca de la cultura popular actual, ya sea de empleada de un maid cafe, de host, o de profesiones más normales como azafata o mujer de negocios.
Por suerte hay algunos puntos más que hacen de la serie algo particular, como por ejemplo que se traten algunos temas en los casos algo más llevados al límite de lo normal, la mayoría además desde el punto de vista femenino ya que los personajes que necesitan ayuda son en casi todos los episodios mujeres que sufren acoso de uno u otro tipo, sexual, familiar o financiero.
Entre caso y caso, y según pasan los episodios, se fragua además una trama más larga en la que Erika comienza a sospechar que su jefe, el hombre que la adiestró como agente en su día y que ahora la ha recuperado para su agencia de detectives, parece esconder en realidad un secreto, algo que seguirá hasta los dos últimos episodios. Si a esto le añadimos la trama familiar, en que Erika engaña a su marido (que la verdad, no parece ser de las bombillas que más alumbran del vecindario) y su hijo que no acaba de aceptar a su nueva mamá, no es que sean unas tramas muy originales, pero todo añade a darle más consistencia a la serie, que para durar 25 minutos por episodio es capaz de condensarlo todo bien y ofrecer bastante.
El reparto que acompaña a Chiaki en la serie no pasará a la historia desde luego, aunque si que hay que resaltar la presencia de Tetta Sugimoto como su jefe Souichi Tozuka. Hay tres personajes fijos más, como son el informático Takuya Ite, el marido de Erika interpretado por Toshihide Tonesaku y por supuesto el niño Junya Taniai que normalmente dice cosas que parecen salir de la boca de un adulto en lugar de la de un niño.
Es una serie corta y muy ligera, y los episodios pasan realmente volando, el ritmo es alto para condensar las dos tramas habituales junto a la presentación y resolución del caso de la semana, así que no hay tiempo que perder. Con la presencia de la actriz, me parece una serie muy recomendable y entretenida, a pesar de ser extremadamente predecible desde el primer minuto.
6 de 10
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